Alvaro Valverde Palavicini
Director
AZOFRAS

El pasado 10 de julio, la Asociación de Empresas de Zonas Francas, AZOFRAS, realizó el segundo Congreso Nacional de Zonas Francas, con participación de más de 250 personas entre empresarios nacionales y extranjeros, representantes del sector público y la academia, quienes tuvieron la oportunidad de revisar la situación actual del Régimen de Zonas Francas, pero sobre todo revisar los retos que el futuro próximo le exige a los diferentes actores del sector, tanto públicos como privados. Fue un espacio que provocó la discusión abierta sobre temas que fueron de alto interés en la reciente campaña electoral.


AzofrasRecordemos que la permanencia o no del status quo del Régimen fue tema de discusión profunda, entre los que abogan por su permanencia y fortalecimiento y los que han pretendido de alguna forma debilitar el sistema, especialmente mediante la reducción de incentivos a las empresas que operan bajo dicho Régimen. El Congreso fue un foro relevante para la discusión de aspectos de competitividad – país, que atentan contra el sostenimiento de su desarrollo económico y social. No podemos olvidar que el sector de zonas francas es uno de los más dinámicos de la economía nacional, así lo demuestra el porcentaje que representa sus exportaciones dentro de las exportaciones totales. Por ejemplo, en el 2013, éstas alcanzaron un 55.2%, es decir la suma de $6.293 millones con un crecimiento del 6.5 % en relación con el año anterior. En relación con el empleo, estas empresas han creado más de 70 mil empleos directos, la mayoría relacionados con puestos de calidad y de altas destrezas tecnológicas, que ha permitido la transferencia de conocimientos sofisticados a una población por naturaleza bastante joven y emprendedora.


Pero, aparte de los beneficios que deja este sector al desarrollo socioeconómico nacional, se discutieron los retos más importantes que se tienen para el futuro cercano, o, mejor dicho, ya. Se reconoce que se deben hacer dos esfuerzos extraordinarios: uno para incentivar el establecimientos de empresas en las zonas allende a la Gran Área Metropolitana Ampliada (GAMA) y otro, de igual importancia, que tiene que ver de cómo encadenar más la industria local con las multinacionales ya operando en el territorio nacional. Estos son temas que llevan años, por no decir, décadas de discusión, y cuya solución no es fácil de encontrar. Se debe empezar por entender que lograr frutos en estas dos áreas no depende tanto de las multinacionales sino de lo que el país pueda hacer, entre estos, preparar a las PYMES para que adquieran capacidades de proveedores capaces de sustituir a los proveedores extranjeros en igualdad o superior capacidad en aspectos como calidad, precio, tiempo de entrega, utilizando procesos debidamente certificados a nivel internacional. En cuanto a las zonas francas en zonas rurales, siempre se ha discutido el valor que tendrían estas para que surjan polos de desarrollo, aún más, es interesante saber que incluso la primera ley que reguló las zonas francas fue creada con el propósito de que éstas surgieran en Limón, Puntarenas y Guanacaste. Bueno, hoy cuatro décadas después esto sigue siendo todo un mito, por usar un término. No se trata de incentivos fiscales, ya que estos están dados y diferenciados dentro del marco legal vigente, aunque se podría hacer una revisión y evaluar por qué no han sido impulsadores para que las empresas se localicen en las zonas menos privilegiadas. Se trata que las empresas multinacionales, además de incentivos fiscales competitivos, exigen que alrededor de sus operaciones existan de previo las condiciones adicionales adecuadas como: parques industriales o zonas francas que ofrezcan techo industrial a precios competitivos, en conjunto con servicios de logística, seguridad, telecomunicaciones, amén de que debe existir mano de obra capacitada disponible y abundante, vivienda ejecutiva, escuelas y colegios bilingües, acceso terrestre a puertos y aeropuertos, para enumerar algunas. Una alternativa que se ha discutido es la posibilidad de crear zonas francas agroindustriales que permitan darle valor agregado a los productos primarios de exportación que hoy día se producen y exportan con cero valor agregado desde las zonas de vocación agrícola de exportación. Este ejercicio se puede lograr también mediante la creación de centros de valor agregado o impulsando zonas francas uni-empresariales, como las ya existentes. Lo anterior no será posible si no se implementa de inmediato por parte de CINDE, COMEX – PROCOMER una estrategia de atracción de inversión extranjera directa hacia las zonas fuera de la GAMA, una estrategia que incluya llevar posibles expansiones de las multinacionales ya establecidas a dichas zonas. Debe ser más que una estrategia que pase de los buenos propósitos a los hechos, eso requiere concentrar esfuerzos en sectores productivos y de servicios adecuados para los tan urgentes y deseados polos de desarrollo, que hoy se benefician únicamente con el 9% de las empresas de zonas francas y un 2 % de los empleos que las mismas generan.


En cuanto a los encadenamientos productivos, se reconoció que ya se ha venido haciendo un esfuerzo interesante y con buenos resultados. Para ello, bajo la coordinación de PROCOMER existe una Comisión Interinstitucional de Encadenamientos Productivos, con representantes del sector público y privado. Entre sus propósitos están: incrementar el arraigo de las inversiones, aumentar el valor agregado de las exportaciones, fomentar la exportación en las Pymes, evaluar las capacidades de los suplidores nacionales y fortalecer la oferta nacional por medio de la vinculación interinstitucional.


Según un estudio del BID, el impacto en la economía nacional de los encadenamientos producticos entre el 2002-2009 fue de $840 millones; una cifra importante pero que debe mejorarse significativamente. Para lograrlo se propuso al Congreso y a las nuevas autoridades públicas que se debe implementar un marco institucional que articule y fortalezca a los actores a nivel estratégico, político, técnico y ejecutivo para asegurar una implementación fluida de las estrategias que la Presidencia de la República considere prioritarias en materia de encadenamientos productivos. Se hace indispensable crear un programa nacional de desarrollo de proveedores, articulando las iniciativas que ya existen y adoptando nuevos programas en áreas en las que actualmente hay vacíos y eliminando duplicaciones. Se debe promover un programa intensivo de impulso de proveedores que involucre a las empresas compradoras en el proceso de acelerar tanto a emprendedores como a suplidores que hayan demostrado tener las capacidades y la motivación necesaria. Para lograr mejores resultados, es importante que este esfuerzo involucre de alguna forma más efectiva a las multinacionales y las grandes empresas nacionales, de otra forma se puede caer en la frustración de PYMES que logren prepararse, pero al final su esfuerzo no se traduce en negocios.


En el campo de la competitividad internacional del país, se tuvo la oportunidad de reafirmar que ésta se ha venido deteriorando, no solo por razones internas que vienen incrementando sistemáticamente los costos operativos, sino por el fortalecimiento de otros destinos para la inversión extrajera directa, algunos localizados en nuestro vecindario, para decirlo de alguna forma. Existen quienes se olvidan que estamos compitiendo con 135 países y 3500 zonas francas, 900 de ellas localizadas en Asia, que compiten las más de las veces con gran disponibilidad de mano de obra más barata que la nacional y en muchos casos con igualdad de capacidades y destrezas. Además, del total de zonas francas el 23% están en América. Internamente la competitividad país se ha deteriorado por el continuo incremento del costo de la energía eléctrica y de los combustibles, a lo que aún no se vislumbra una pronta solución.


De por demás está la necesidad de continuar en la preparación de la mano de obra que estas empresas requieren, se debe reconocer que cuantitativamente empieza a escasear y cualitativamente se notan más ciertas sus debilidades tanto en el manejo de idiomas como de conocimiento de procesos y manejo de herramientas tecnológicas. Sin dejar de lado la descoordinación que existe entre la oferta educativa de la academia que prepara la mano de obra y la demanda laboral de la empresa privada. No siempre la oferta de formación responde a las necesidades del derrotero que lleva el desarrollo actual del país. No podemos olvidar que Costa Rica tiene una mano de obra que se ha encarecido en relación con competidores internacionales como México, Filipinas, Singapur y la misma China. Y más cerca de nuestro entorno tenemos a Panamá y República Dominicana haciendo esfuerzos fiscales y logísticos para competir con Costa Rica en el sector servicios y ciencias de la salud. Para estos dos países Costa Rica es un modelo a seguir y lo están haciendo eficientemente, pero son pocos los que están monitoreando este tipo de variables, que al final hacen que inversión extranjera que pudo venir al país se establezca en otros destinos más competitivos.


El Congreso de Zonas Francas fue mucho más allá de lo que esta nota puede recalcar, por lo que es importante que cada quien amplíe sus intereses mediante la visita a la página www.azofras.com y le dé una revisada a las presentaciones realizadas por expertos nacionales e internacionales en los cuatro foros de discusión efectuados.